domingo, 18 de noviembre de 2007

La primera lesión

Mi más sincero consejo: Nunca os compréis unas zapatillas para correr sin antes informaros bien de lo que necesitáis.

Me pasé después de la cojera un mes y poco sin poder entrenar, realizando recuperaciones para una tendinitis de la "pata de ganso" o algo parecido, combinando electroterapia con frío y ultrasonidos, lo que hizo remitir muy lentamente el dolor, y aunque parezca mentira, aun sigo teniéndolo a fecha de hoy.

El traumatólogo que me atendió comento que si la edad, que si el cambio de rutina, y otras variedades de hipótesis sobre los posibles motivos de esa lesión, con lo que me quedé con la incógnita del verdadero motivo de la misma.

Pasado este mes largo, ya sobre el 15 de Septiembre me planteé salir de nuevo, sin haber remitido del todo el dolor pero siendo ya mucho mas soportable.

El resultado nefasto: el segundo día de salir mi cojera ya era de nuevo evidente.

Gracias a un conocido mío, corredor de maratones que muy a su pesar también estaba lesionado, me recomendó un traumatólogo de una unidad especializada en medicina deportiva, y como mi frustración era de caballo ya que me veía teniendo que dejar el deporte para toda la vida, pedí hora para esa misma semana.

La visita se terminó en 10 minutitos. Ni me miró la rodilla. Después de explicarle lo que hasta aquí he contado, su única sugerencia fue: " Guarda las Nike y vuelve a correr con las viejas zapatillas. O mejor, si quieres empieza a correr por la playa y descalzo, ya que así ninguna suela modifica tu pisada. Si aún así vuelve a dolerte tendremos que hacer un estudio mas exhaustivo de tu pisada".

Se me quedó ara de tonto, ya que ninguno de los profesionales que me visitó anteriormente había tratado el problema en su origen, sino que sus esfuerzos se centraban en tratar los síntomas. Hielo, ultrasonidos, etc. etc. etc. .

A pesar de que me recomendó esperar un par de semanas antes de volver a correr, no pude resistir y a los dos días ya salí de nuevo. Me fui a la playa y a correr descalzo.

El resultado: un éxito. 1/2 hora de entrenamiento y casi sin dolor. Me dolía más la rodilla antes de correr que mientras corría. Al cabo de una semana, me atreví a dejar de correr el la playa (era un poco pesado acabar con los pies llenos de arena) y me calcé las viejas zapatillas, unas Decathlon de 9 Euros que no eran ni para correr, sino de travesía de montaña.

A partir de entonces, la rodilla no me ha molestado mas mientras corro, aunque durante el día todavía tengo momentos en los que me noto algún pinchazo.

Conclusiones y consejo que os doy:

1º-. Nunca te compres unas zapatillas sin ponerte en manos de profesionales.

2º-. Si tienes alguna lesión haciendo deporte, recuerda que hay centros específicos en medicina deportiva, muy preparados para ayudar a recuperarte y corregir los errores que puedas cometer.

Hasta pronto,

Joan Josep.

No hay comentarios: